Travesía de 600 millas náuticas. Zarpamos de Barbate el lunes 5 de noviembre a las 10 de la mañana y llegamos a Lanzarote, puerto Calero, el domingo 11 de noviembre a las 8 de la mañana. A una media de 4/5 nudos. Llevábamos 8 días de espera en Barbate y los SW no nos permitían zarpar antes. Nos quedaban pocos días de margen para poder cruzar, pues por tardar el 20 de noviembre tendríamos que estar en Canarias para preparar el cruce del Atlántico.
Gabriel |
Habíamos zarpado de Barcelona el domingo 14 de octubre, casi un mes nos había supuesto llegar hasta Barbate. A estas alturas ya pensábamos estar en Canarias, pero en el mar hay que tener tiempo y no tener prisas. Por nuestros compromisos laborales tampoco disponíamos de todo el tiempo para cruzar el océano, pero los partes meteorológicos son los que te determinan cuando puedes zarpar y hasta donde podrás navegar... El mar tiene otro tiempo otro rítmo y de esto nos fuimos enterando a medida que avanzábamos.
Muchos nervios cuando zarpamos, el equipo de tierra nos había dado el visto bueno, y el tema era pasar entre frente y frente, pues por esta época del años el anticiclón de las azores esta muy al sur y hace que lo predominante no sean los vientos NW, que son los óptimos para pasar a Canarias, sino los SW, que son viento fuertes que te implican ceñir y enfrentar el mar de cara.
La primera noche fue tranquila, los nervios fueron desapareciendo paulatinamente y los tres nos fuimos amarinando a la rutina..La idea era ganar lo máximo que se pudiese de W y estar alejados de la costa Africana, de Marruecos, no sólo por los peligros que entraña la navegación costera, si no para de esta manera tener agua a babor en caso de tener que ceñir. Cerca de la costa Africana por la plataforma continental, las olas pueden resultar ser más peligrosas y con un SW instaurado más valía tener agua por babor para tener margen de maniobra. El rumbo más o menos que tomamos fue un 240 hasta acercarnos a la longitud 13 y allí poner proa a Lanzarote con los NW empujándote.
Puerto Calero |
para el segundo día navegando con el NW con intervalos de lluvia y sol y de nubes negras que pasaban y descargaban fuerte cerca de la derrota que llevábamos, pasmos uno de los tantos sustos que acompaño este tramo tan complicado que es navegar entra la península y las islas canarias .
Yo estaba en la cabina descansando, Gabriel iba a la rueda Ricardo haciéndole compañía y vigilando el currican a la espera de poder hacer una buena pesca. De buenas a primeras una nube negra trajo consigo un aceleron de viento que hizo que el barco girará casi 360 grados con una escora importante que nos metía la regala en el agua.Llevábamos la mayor y el Genova izados haciendo una aleta.
Desafortunadamente el hilo que nos habían preparado para el currican se enredo en las palas del timón dejando el barco sin gobierno y a merced de las olas y el viento que en estos momentos pareciese que estuviese hirviendo, generando un paisaje apocalíptico..
No fueron más de 15 minutos, pero los suficientes para meternos a los tres el miedo en el cuerpo. Cómo pudimos y con suficiencia desenredamos el hilo de las palas y pusimos popa al mar, haciéndonos nuevamente con el control de la "La Nao" . Pasado el incidente sacamos el ron y brindamos entre risas y nerviosas....Risamos y trimamos las velas de manera más conservadora, revisamos barco y suspiramos hondo....Que susto nos decíamos a nosotros mismos..!
A partir de la segunda noche y de este incidente hasta que llegamos a Canarias fue navegar con el corazón en la boca, demasiado mar, demasiado viento, mucho frío y un estado de nervios que se apodero de nosotros. En ningún momento perdimos la compostura y resolvimos todas y cada una de las situaciones por las que pasamos este tramo.
No estábamos en fechas adecuadas para hacer este trayecto, lo ideal es hacerlo en el verano.Nosotros íbamos tarde y estábamos viviendo en primera persona lo que supone navegar con fuerzas 5/6 de proa y olas de 3/4 metros.
Amigos de Francia |
El tercer día nos sorprendió la visita de un pájaro...Llovía bastante y el pájaro vino al barco a descansar, pues se le veía muy cansado y estaba empapado. Supusimos que era un ave migratoria, que en otoño abandonan Europa en busca de temperaturas más cálidas en África. El pájaro inicialmente se mostraba bastante arisco y distante con nosotros, pero poco a poco se iba acercando buscando tal vez el calor de la cabina donde realmente se esta mejor en días de lluvia y mucho frío.
El pájaro nos acompaño toda una noche, No quiso recibir comida y se "apalanco" en el camarote de proa, justo al lado de la almohada y el saco de dormir...compartimos camarote con el visitante y la verdad en mí turno de descanso no pude descansar del todo por temor a aplastar el pájaro.
A la mañana siguiente el pájaro amaneció con muy mal aspecto. Se mostraba mareado y ni si quiera se inmutaba cuando rozábamos con nuestras manos su delicado y pequeño cuerpo.
Ricardo grabo con su cámara la agonía de nuestro visitante.Murió en la cabina de la Nao cacao. Nosotros tres nos quedamos en silencio y le lanzamos al mar con mucho respeto. No nos hizo mucha gracia el desenlace de su visita. Nos conformamos diciéndonos que le habíamos ayudado a morir de una manera probablemente menos dolorosa que devorado por el mar....!
Quizás la muerte del pájaro aumento el miedo que los tres teníamos metidos en el cuerpo. Habíamos pasado el susto del "acelerón de viento" que nos dejo sin gobierno....Ricardito tenía problemas para dormir y el cansancio se le empezaba a notar en su rostro.
Gabriel guardaba silencio y sus nervios no los dejaba visibilizar y yo me veía constantemente asaltado por pensamientos que oscilaban entre la duda y la certeza de que el barco aguantaría los envites del mar y del viento. Por momentos me entraban dudas de si todos los ajustes y trabajos de preparación de la embarcación estaban bien hechos..En otros momentos me decía a si mismo que me fiara de mí y que este no era momento de vacilaciones. Ricardo y Gabriel se fiaban de mí y yo no podía en este momento desfallecer. Entre la lluvia, el frío y los nervios de los tres este tramo se nos estaba haciendo una experiencia muy dura.
Cuando Zarpamos de Barbate nuestro destino final inicialmente era Gran Canaria. Sobre el tercero o cuarto día decidimos cambiar de destino, pues Lanzarote nos implicaba un día menos de navegación. Los SW se tornaban amenazantes y arribar hasta Gran canaria nos hubiese implicado ceñir, pues no habíamos ganado el suficiente oeste desde que zarpamos de Barbate, para poder hacer un rumbo cómodo a Gran Canaria. Salimos de Barbate, con una derrota más óptima para ir a Lanzarote y por otro lado las condiciones de viento y de mar que se nos impuso nos hizo cambiar de destino.
La cuarta noche vivimos en "carne propia" lo que es una tormenta eléctrica. Llovía a cantaros y la noche estaba cerrada.. De un momento a otro el cielo se ilumino con un rayo que de repente hizo que pareciese de día, segundos más tarde el rugir del trueno nos hizo decir "Hostia, la que se nos viene..." y tras este rayo vino otro y otro con sus respectivos truenos que nos intimidaban....! parecía que el cielo nos estaba bombardeando.Me decía a sí mismo que ojalá la jarcia no sirva de para rayos y me aliviaba pensando que afortunadamente el barco fundamentalmente era de madera...!Había preparado una cadena con un final de plomo para atarla la mástil y arrogarla al mar, Lo había leído en algún libro náutico como una solución para estos casos..Pero no me atreví hacer nada...! En estos momentos no recordé a nadie de los navegantes que conocía personalmente que me hubiesen insistido en esto, ni tan sólo sugerido, por tanto preferí no hacer nada....había leído muchas cosas de navegación con mal tiempo y no sabía hasta donde creer al pie de la letra todo lo leído.
Decidimos apagar toda la electrónica y quedarme sólo yo en la bañera. y a la rueda. Ricardo y Gabriel se quedaron en la cabina guardando fuerzas y en un estado de expectación a la espera de salir en caso de que les llamara.
La tormenta eléctrica no duro más de un par de horas, si bien la lluvia duro toda la noche, tiempo en que el cielo descargo toda su furia...! La Nao Cacao navegaba bien en un mar crecido un viento que subía y una lluvia torrencial. Pero este par de horas nos volvió a intranquilizar el aliento.
Casa del Maestro Saramago |
En mí vida había vivenciado tantos rayos y truenos juntos que iluminaban por segundos una noche cerrada y oscura y nos dejaba ver una mar amenazante y crecida... No se que era peor, si el destello de los rayos y el rugir de los truenos, o ver la mar tan revuelta cuando el rayo iluminaba la noche.. A partir de este momento y hasta Lanzarote navegamos con olas muy grandes y vientos con rachas de más de 25 nudos. Nos faltaban unas 250 millas por llegar a Lanzarote y nos preguntábamos que más nos podía pasar...
La quinta noche navegábamos sobre olas muy grandes, de 4/5 metros, y el SW arreció. No nos quedo más remedio que navegar entre un través y una ceñida para no pasarnos de Lanzarote y por el abatimiento terminar en en el África. Encendí el motor para ayudarnos un poco a pasar la ola. El viento era tan fuerte que me era complicado mantener la cabeza mirando hacia adelante, pues la lluvia me golpeaba muy fuerte la cara. La jarcia del barco vibraba .Levábamos sólo un poco de Genova y tres risos en la mayor, que al final decidimos quitar, pues nos hacía el barco muy ardiente y de difícil gobierno Una de las peores noche de toda la travesía..El miedo ya habitaba en nuestros cuerpos y se había acomodado. Las ganas de llegar a Lanzarote crecían en cada uno de nosotros, y hacíamos cada uno y a su manera, malabares para maniobrar entre el miedo y el temple emocional que cada uno tenía que dar de sí mismo para estar a la altura de la situación....!
Esta noche "capeamos" subiendo las olas por la amura de estribor fundamentalmente y sulfeando las olas cuando la bajábamos, con la precaución de no irnos de orzada que supusiera escoras de vértigo al a travezar el barco a la ola.
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Sulfear las olas es una experiencia impresionante, pues llegamos a coger picos de 9 nudos bajando la ola, haciendo que extremáramos el cuidado a la rueda para no atravesarnos al mar. Repusimos el Gasoil gastado. Ricardo y Gabriel estuvieron muy finos a la rueda.y a medida que nos acercábamos a Lanzarote un estado de felicidad iba arrinconando los nervios que nos había acompañado hasta ese momento.
Llegamos a Lanzarote sobre las 08:00am. Habíamos superado una etapa más en nuestra travesía y probablemente uno de los trayectos más duros de todo el viaje. Había leído bastante blosg de otros navegantes y todos advertían del cuidado que hay que tener en este tramo...Ninguno exagera. Es realmente complejo y hay que atar varias variables para cruzarlo con seguridad. Nos dejo esta etapa un miedo en el cuerpo que suavizamos la semana que estuvimos disfrutando de Lanzarote . Pero este miedo se acomodo en cada uno de los tres como un virus dormido que en cualquier momento podría volver a despertar. El mar nos había enseñado que navegar es algo muy serio...Más de lo que pensábamos o habríamos podido imaginar!
En uno de nuestros paseos por la isla.