Charla Consulado Colombiano |
Travesía oceánica: De Premia a Santa Marta
Atravesar el Atlántico vela, puede ser algo mas o menos
habitual para muchos navegantes europeos, que conservan una cultura náutica
avalada por siglos de desarrollo náutico a nivel profesional y deportivos.
La ruta de los Alisios
cada año es navegada por muchos navegantes europeos que atraviesan el
océano, buscando el calor del Caribe…
Para dos colombianos y un argentino ajenos culturalmente a un entorno náutico, atravesar
el Atlántico, esta lejos de ser una experiencia habitual, para ser más una
experiencia del orden de los sueños y de
lo fantástico. Y lo es de este orden, entre otras, por estas tres razones que me gustaría subrayar:
- Un velero de madera
autoconstrucción de 9 metros de eslora, construido por Joan Massague y
bautizado con el nombre de “Gaspar de Pórtala que Joan construyo con el fin de
poder hacer la travesía, Barcelona- Menorca.
- Una equipación para navegación oceánica bastante justa y
acorde a nuestras posibilidades económicas y de la de nuestros amigos.
- Una experiencia vital de cada uno de los tres que
estuvimos en esta aventura, más cercana al “rebusque”, donde aprendes a
maniobrar y a moverte entra las aguas a veces turbias de la inmigración y el
punto de Extimidad y exterioridad que te da la condición de extranjero, para
hacerte un lugar con el oficio que sabes, en un país que no es el tuyo. En
nuestro caso un cineasta, que ha
regresado a Colombia, (Ricardo),un
cantautor Argentino que ahora vive en Berlín (Gabriel), y un psicólogo/educador que me siento muy a gusto viviendo en Catalunya.
No hay antecedentes de un “equipo” colombiano, que hubiese
realizado esta travesía de manera amateur y no la hay fundamentalmente por que
en Colombia no hay una tradición náutica amateur en ninguno de nuestros dos
mares: el Atlántico y el pacífico y lo poco que hay de este orden, esta más
asociado a determinadas élites y estatus sociales donde de náutica hay muy poco
y sobra la vanidad.
Metáfora de ventanas meteorológicas en el mediterráneo |
A día de hoy esta travesía ha
sido la experiencia más dura y maravillosa que he vivido…Ha sido una
experiencia del orden de los “Los encuentros”, de aquello que para cada uno
marca un antes y un después….Ha sido la confirmación que la mejor manera de estar
orientado en el mundo es vivir bajo la batuta del propio deseo, aunque la
“insensatez” de esta travesía supusiera
riesgos y enfrentar aquello que para Ricardo, para Gabriel y para mí era desconocido: El océano.
El riesgo de no regresar estuvo presente, nos acompaño toda la travesía de manera silenciosa, pero fuimos capaces, los tres, de convivir estos 75 días con esta posibilidad… Respondimos desde el entusiasmo y con un empuje de tirar para adelante con este nuestro sueño, pues no navegábamos para quedarnos en la inmensidad maravillosa del océano buscando el “OM. No, creo que a ninguno de los tres nos interesa el “OM”, somos unos neuróticos más o menos estabilizados y navegábamos para llegar a tierra y retomar el vinculo social que nos neurotiza y del que tanto gozamos. Ninguna milla navegada fue gratis, navegamos una a una de las más de las 5500, siempre acompañados por nuestros propios demonios y con la incertidumbre de cuando y cómo llegaríamos… En una travesía oceánica una ves puestos no hay marcha atrás, no hay arrepentimientos, no hay me “rindo” o un “no puedo más”…
Esta travesía saco de
nosotros tres todo lo que podíamos dar. No fue fácil soltar las amarras del puerto y nosotros lo pudimos hacer. La travesía implicaba un
punto de no retorno, donde lo único que te queda es tirar para adelante,
navegar milla a milla con miedo, con alegría,
con angustia, desasosiego, pereza, asombro, un bumerang de emociones que
cambiaba de un instante a otro de forma
mágica como los decorados en una obra de
teatro. Apuntábamos al sol en los
atardeceres y en las noches el cinturón de Orión hacia una elipse por babor de
popa aproa.
El riesgo de no regresar estuvo presente, nos acompaño toda la travesía de manera silenciosa, pero fuimos capaces, los tres, de convivir estos 75 días con esta posibilidad… Respondimos desde el entusiasmo y con un empuje de tirar para adelante con este nuestro sueño, pues no navegábamos para quedarnos en la inmensidad maravillosa del océano buscando el “OM. No, creo que a ninguno de los tres nos interesa el “OM”, somos unos neuróticos más o menos estabilizados y navegábamos para llegar a tierra y retomar el vinculo social que nos neurotiza y del que tanto gozamos. Ninguna milla navegada fue gratis, navegamos una a una de las más de las 5500, siempre acompañados por nuestros propios demonios y con la incertidumbre de cuando y cómo llegaríamos… En una travesía oceánica una ves puestos no hay marcha atrás, no hay arrepentimientos, no hay me “rindo” o un “no puedo más”…
Amigos franceses |
La maravilla de navegar es que no te detienes,
son las 24 horas haciendo guardias, mirando el horizonte, trimando un poco las
velas y navegando, avanzando contigo mismo y haciendo de esta experiencia casi
un viaje introspectivo, donde tienes tiempo para pensar y repasar toda tu vida.
“La Nao Cacao” fue una velera valiente y marinera que aguanto los envites del
mar y la fuerza del viento.
Dimos en esta travesía más de lo
que sabíamos y podíamos, arriesgando incluso la salud de Ricardito que en el tramo más técnico, Premia –
Canarias, estuvo al 120%, llevando su cuerpo al limite y aguantando aún más
cuando”desesperado” pedía con lagrimas
en los ojos que él aguantaba hasta Cabo verde…! Su cuerpo decía que no podía
más, pero las ganas de continuar estaban intactas. Lo más sensato fue su desembarco, quizás la
insensatez fue continuar. Su desembarco nos dolió a los tres y a la posibilidad
de una tragedia se le sumo las ganas de
no continuar, de abandonar el sueño…
Tras su desembarco estuvimos navegando con Gabriel más de 48 horas pensando si valía o no la pena continuar. Empujados por una brisita del oeste y una mar plana que no nos llevaba a ningún lado… Yo me había preparado para todo: Navegación, convivencia, maniobras, exámenes médicos, físicamente exigí mí cuerpo con la bicicleta forzándolo a dar más, leía y releí manuales de supervivencia, navegación en mal tiempo y meteorología, hablaba con navegantes...Pero no estaba preparado para el desembarco de un amigo…No sólo era el hecho de que se desembarcara, era como una metáfora de “perder un amigo” con quien asombrados le habíamos visto las ganas a la muerte, que nos espanto con un fuerza 7, es decir, vientos de más de 25 nudos y olas de 3/4 metros en el tramo de la península a canarias
Tras su desembarco estuvimos navegando con Gabriel más de 48 horas pensando si valía o no la pena continuar. Empujados por una brisita del oeste y una mar plana que no nos llevaba a ningún lado… Yo me había preparado para todo: Navegación, convivencia, maniobras, exámenes médicos, físicamente exigí mí cuerpo con la bicicleta forzándolo a dar más, leía y releí manuales de supervivencia, navegación en mal tiempo y meteorología, hablaba con navegantes...Pero no estaba preparado para el desembarco de un amigo…No sólo era el hecho de que se desembarcara, era como una metáfora de “perder un amigo” con quien asombrados le habíamos visto las ganas a la muerte, que nos espanto con un fuerza 7, es decir, vientos de más de 25 nudos y olas de 3/4 metros en el tramo de la península a canarias
Gabriel y su capacidad soñadora, que se traduce en
canciones, fue el que volvió a encender la mecha del deseo para cruzar el
océano…Sus palabras más o menos fueron: Maocito, vamos a cruzar el océano…Es
ahora, yo después no se si pueda acompañarte…!”
Y efectivamente sus palabras encendieron la mecha del deseo, el mismo que
estuvo desde el principio, aquel que
nombramos con Ricardo cuando hablamos de este proyecto por primera vez hace 8 años, el mismo que me acompaña desde mi
infancia y desembocaba en el puerto, cada que salía a pasear en la bicicleta,
entreteniéndome horas mirando veleros. Un proyecto llevado a cabo no por
tres navegantes, un proyecto llevado a cabo por tres amigos, los cuales pienso
hemos ganado con modestia, pero con orgullo el titulo de “ciudadanos del
océano”.
Ricardito me decía: “Mao, yo
contigo hasta el fin del mundo” y a Gabriel cuando le propusimos lo del Atlántico rio y dijo que aceptaba, si después recorríamos los Andes a lomo de
burro…”
Gabriel durante la travesía se
creció, dejo de ser un poeta, soñador y cantautor y se convirtió en un gran
navegante. Emulo a Zorba el griego y de ser el amigo menos dotado, en términos
náuticos para la travesía, su aporte resulto decisivo para llegar al final. Yo le decía en broma que zarpo de Premia hecho el Chapulín Colorado y que había
llegado a Santa Marta hecho Bernard Montessier, navegante francés paradigma de
la navegación libre, oceánica y de crucero.
Atrás quedo el mediterráneo impredecible
con su mar de Alboran, el paso técnico y peligroso de la península a Canarias,
el mar de los sargazos en el Atlántico donde bajamos hasta la latitud 20 para
estar bajo influencia de los alisios, el Atlántico y su inmensidad, con su bosque de olas portantes de las cuales vuelan
manadas de peces voladores. También quedo atrás el Caribe, mar de piratas y corsarios,
donde se han tejido mil historias que han alimentado el universo infantil de
tantos niños.
Santa Marta |
Navegamos los tres como uno solo y
no le pedimos permiso a nadie, no teníamos seguro, ni barco habilitado por las
autoridades competentes, ni las
titulaciones necesarias, ni las garantías de un tercero que nos avalara
en el éxito a cambio de una suma de dinero, un experto. Había quien pensaba que si llegábamos a
Gibraltat ya era demasiado. Pero teníamos un barco construido por un “hombre
del renacimiento”, también soñador como nosotros, un equipo de tierra, que
navego desde los ordenadores de sus casas dándonos los partes meteorológicos
sagradamente cada 24 horas (LORDAKE,ANTULL, JORDI VILLAR Y mí hermano JAVIER y
que en ningún momento nos dejo solos
durante la travesía. Teníamos el apoyo de algunos navegantes oceánicos
que tampoco han pedido permiso a nadie para realizar sus sueños, Como Humberto
el Holandés Errante y José Briones del Turbulento. También tuvimos el apoyo de
un grupo de artistas y amigos que nos dieron soporte y alimentaron el sueño
desde el principio, haciendo un paréntesis en sus actividades artísticas y
volcándose cada uno de ellos y ellas en este proyecto oceánico desde sus
posibilidades y recursos que no siempre se traduce en dinero: Indyon.tv
(productora de cine independiente), factoría circular,( fabrica de sueños rodantes)Palo quesea,
(teatro de calle) Mujeres en escena, ( teatro social y de genero) y la
Sasteatrería ( artistas plásticos y de la palabra).
Familia...! |
Pero sobre todo nos teníamos a
nosotros mismos con nuestros miedos y nuestras fortalezas, decididos a adentrarnos en el océano y llegar a la otra
orilla. Teníamos y tenemos muchos amigos soñadores, creadores, navegantes de largo recorrido en sus oficios de quien habíamos
mamado amistad, que durante años nos ha servido de alimento para dar pie a la
posibilidad de soñar, y cuando estamos despiertos maravillarnos del hecho de
estar vivos.
Dar las gracia al Club náutico de
Premia de Mar y a Toni Gallard, por darnos la oportunidad de hacer escuela en
el grupo promoción de regatas, donde casi siempre llegábamos los últimos, pero sus ánimos consejos y
sugerencias, para que no desistiéramos en
participar siempre estuvieron ahí….
Una mención especial a Jordi
Villar, de diasdeviento.org, que desde el principio ha sido más que un oráculo para
mí en cuestiones náuticas…Fue la persona que me facilito poder gobernar sólo y
como patrón un velero: un Tucana 28, con el que realicé mis primeras travesías costeras. Con Jordi hablé muchas veces de
cruzar el Atlántico y él desde su escucha y sus observaciones supo alimentar
este sueño.
Paola y vicecónsul |
Equipo de tierra |
Agradecimiento también al consulado de
Colombia por permitir visibilizar esta experiencia que ojala sirva de algo para
que otros como nosotros se animen hacer este tipo de travesía e impulsar la
náutica en Colombia.
Consulado Colombiano |
2 comentarios:
Hola Mao y Camila,esta noche miraba si habias completado el relato del gran viaje y ha siso una alegria de leerlo,pero sobre la marcha espero escuchar las historias en vivo ,contadas por ti.Un gran abrazo amigos y una caricia pa la Toa.Ya vuelvo a sentirme inquieto y deseo de tirar pa delante otra vez.Bueno,pa algo se llama uno el holandes errante,parece que soy incapaz de quedarme quieto.hasta el futuro
humberto tonga
Sɑludos, soloo decirte que me ha eոcantado descubrir tu pagina web en google.
saludеtes!
my blоg; bikes [http://www.ofertasbicicletas.com]
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