Este verano tuve
la posibilidad de volver a contactar con Luis, un patrón profesional a quien
hace unos años, acompañe a Mallorca en
un catamarán.
Luis en la actualidad está de patrón del navegante, un 43 pies
que junto a su armador, Ibrahim, están poniendo a punto para regatas y
crucero.
Me invito a que les acompañara a una regata de domingo en
Premia de Mar. Pocos barcos, mucha mar y viento sostenido de 15 nudos con
rachas de algo más de 20 nudos.
En esta ocasión el recorrido
era un barlovento sotavento, dos mangas, que salía en Premia y se dejaban las
boyas de desmarque casi en Mataró.
El navegante aparte de ser un velero muy confortable y habitable en su interior, es un
velero que goza de dos bañeras altas en relación a la línea de flotación, y
desde las cuales se gobierna y se controla la maniobra.
Poco decir de las prestaciones marineras
de esta embarcación, que tiene un pasado donde se han formado muchos
navegantes.
15/20 nudos de viento son ideales para que este bonito velero enseñe sus atributos marineros con
elegancia y seguridad, sin necesidad de rizar y empujarlo a grandes escoradas. El
paso de la ola es rítmico y casi melodioso sin someter la estructura a pantocazos y
siempre con una sensación de seguridad.
Hay que señalar que un buen barco, un buen patrón y buen viento
son condiciones idóneas para disfrutar.
En este sentido Luis es un
"caballero del mar" que no solo equilibra la embarcación con un buen trimaje, sino más aún, proyecta y transmite un
"estar a gusto"en la tripulación, muy alejado del nerviosismo y los
gritos de muchos patrones.
Hicimos una salida prudente y dando paso a las otras
embarcaciones.
Después del primer bordo a tierra de ceñida, Luis decide hacer
más largo el bordo de mar, pues si bien nos alejaba del campo de regatas, permitía que el Navegante sorteara
mejor las olas. El regreso, una vez dejadas las boyas por babor, fue un largo
con dos trasluchadas que nos alejó un poco de la flota.
La segunda ceñida fue mucho mejor que la primera, también a tres
bordos, pero el bordo de mar más corto que en la primera manga. Esta maniobra
hizo que nos acercáramos nuevamente a la cola de la flota y con rumbo casi
directo llegásemos muy cerca de un uno de nuestros competidores. Una bonita
regata donde también pude conocer a Julio, otro tripulante del navegante con
soltura en la maniobra y dispuesto a solucionar percances. Luis, Ibrahim y
Julio son un buen equipo al que me gustaría acompañar cada que tenga oportunidad.
El navegante es un excelente barco donde te ves fácilmente
seducido de sus atributos marineros. El navegante a pesar de ya no ser un velero de práctica de
escuela náutica, continuara seduciendo a muchos a descubrir el arte de la
navegación en el crucero y en la regata.
No termino este pequeño relato sin hacer justicia al té con menta que Ibrahim nos
ofreció antes de despedirnos que nos dejó, nunca mejor dicho, un buen sabor de
boca.
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