lunes, 4 de junio de 2012

Los naufragios subjetivos



El naufragio para un marino es la antesala de la muerte, ella  antes de invitarte a pasar a cenar, te hace esperar en su sala de espera  y la sala de espera para un marino es quedar al pairo y a merced de las fuerzas del viento y del mar, sometido al arrullo fúnebre del vaivén de la balsa salvavidas o del barco sin gobierno herido de muerte... Curiosa  similitud: allí donde "no hay gobierno" reina el caos..

He leído que lo máximo que han aguantado unos náufragos, fueron algo más de 10 meses. Se trataba de unos pescadores mexicanos, que a causa de un temporal se perdieron y fueron rescatados cerca de la costa Australiana...estuvieron en la" antesala" mucho tiempo, soportando todo tipo de inclemencias y dificultades del pacifico. Pero el azar impidió que se los tragara el mar, y la muerte en este caso se quedo sin cenar, ya que salvamento marítimo los recogió respirando el último hilo de vida que les quedaba... A la muerte no le hizo mucha gracia...!

Las probabilidades de sobrevivir a un naufragio son azarosas,  pues entran en juego variables que ya no dependen de ti mismo: Que lleves y funcione la radio baliza, que te encuentren en medio de toneladas y toneladas de agua, que raciones el agua y los alimentos, que soportes, resista y que tengan ganas, muchas ganas de continuar vivo...

No sé sí el "instinto de supervivencia" en sí mismo sea suficiente para mantenerte despierto, quizás hace falta tener un motivo para continuar viviendo. Por otro lado en el ser humano "los instintos", el lenguaje los convierte en demandas dirigidas al Otro, es la humanización...! El  motivo para continuar vivo, creo, tiene que ver con un deseo inédito o muy localizado de continuar gozando de un Otro: El deseo vinculado al Otro.

Supongo que escapar de la "sala de espera de la muerte" en algo te debe cambiar la vida. Si eres un canalla, te reafirmaras en la omnipotencia de que ni siquiera la muerte pudo contigo, y si eres un neurótico, este episodio marcara probablemente un antes y un después, que servirá de punto de partida de una forma de estar en el mundo diferente. Si estas loco, abra que esperar  como se inscribe este episodio en las construcciones simbólicas delirantes...
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El naufragio para un marino debe suponer algo así como estar "desconectado" de la vida sin estar muerto, donde tendrás algo de tiempo, una vez pasado el susto inicial, de recapitular tu vida, pensar en lo que dejas y  resignarte a esperar la hora....A que la muerte tenga hambre!

El naufragio de un marino me ha hecho reflexionar sobre el naufragio subjetivo. No existe en terminología clínica "naufragio subjetivo", existe brote, síntoma, crisis, cuadro y todos estos términos aluden a lo que no va en un sujeto y mediante la  terapéutica ha de volver a su cause. En las ciencias sociales lo que no va, lo que no se inscribe, se le llama  el resto social y se nos presenta como lo marginal, lo que queda al margen, lo que no hace lazo social y pone en alerta los servicios sociales.

Lo que no va, lo que no se inscribe, lo que queda al margen, lo que hace síntoma y lo formalizamos en un cuadro, es estructural al ser humano. No todo el goce pasa por lo simbólico de un sujeto, ni un sujeto pone todo su goce al servicio del vinculo social en aras de los ideales sociales imperantes. Los seres humanos nos reservamos "algo" que no ponemos al servicio del vinculo social y que en las sociedades modernas lo nombramos como lo marginal. Es caso de los seres humanos llamados desechables en Colombia, ó las anorexias que "comen NADA" bajo la mirada angustiosa de una sociedad de consumo, ó las toxicomanías que se lo "consumen todo" así les cueste romper el lazo social y quedar  más cerca de lo marginal.

 En "naufragio subjetivo" , el sujeto se divorcia del lazo social, quedando a merced de una cierta desorientación, como efecto de una irrupción de goce que no se inscribe en lo simbólico y  se manifiesta a través del síntoma clínico o social.  El salvamento marítimo de este tipo de naufragio son varios y de diferentes tipos: La psiquiatría con la psicofarmacología, los servicios sociales con la asistencia social, la educación con su esfuerzo en "domesticar" eso que no va, las clínicas de la palabra para cernir con estas eso que no se inscribe, incluso los chamanes tienen algo que aportar con los ritos que cumplen su función social.

 


Los sujetos que "naufragan subjetivamente" tienen muy difícil su regreso: Algunos regresan  a medias y son objeto de redes sanitarias y sociales que los sostienen para evitar que  recaigan y regresen a ese pozo que no se ilumina con el vinculo social. Otros nunca vuelven y viven en un estado de errancia, al pairo, sin posibilidad de rescate subjetivo. "Muertos en vida" hasta que el cuerpo aguante". Algunos regresan "trincando" (amarrados)  su síntoma al vinculo social y esto supone una apuesta subjetiva diferente. Estos últimos son los pocos, pero como en el caso de los náufragos marinos, siempre tienen mucho que contar de esta casi fatídica experiencia vital.

Yo conozco muy de cerca  una historia de dos hermanos que naufragaron en las drogas, regreso sólo uno, al otro se lo ceno la muerte. El hermano que quedo vivo le vio más que los dientes a la muerte, le vio las ganas...! Es un sobreviviente de esas profundidades humanas. A veces osa y regresa a explorar esas aguas profundidades que muchos de los mortales desconocemos, pero el ya sabe el camino de regreso. Sólo baja cuando la muerte duerme...! Los que lo queremos nos preocupamos cada ves menos, el tiene motivos de peso para regresar.

La valentía de ese hermano por querer regresar al vinculo social, es lo que me da impulso para querer adentrarme a la mitad del océano, sin miedo a ser devorado por el mar y con un motivo para regresar en caso de un naufragio marino....

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