lunes, 25 de junio de 2007

TRAVESÍA A LA COSTA BRAVA ABRIL 2005

Esta fue la primera travesía que realizamos con Ricardo y Luisa, su antigua compañera. Nos embarcamos rumbo la Costa Brava en un Bavaria 38, dedicado al chárter que gobernaba un hombre gordo al que apodamos el "pollón",pues nos pareció un niño grande estrenando bicicleta que no se la quiere prestar a nadie. Estaba acompañado de su mujer, H, una mujer agradable, pero que no se encontraba a gusto en el barco.





Por tanto, gran parte del viaje osciló entre los nervios de H y el ego del"pollón" que ,a veces ,como niño regañado ,cedía a los imperativos de su mujer o hacía de pirata y nos explicaba como se tenía que gobernar un velero de 12 metros ...... Ricardo, Luisa y yo escuchábamos con educación......pero no le creíamos, nunca le creímos.



La alegría por subirnos por primera vez en un velero, hacer una travesía de cierta embergadura,
la biodramina que me tomé para el mareo, que sin saberlo era sin cafeína y, por su puesto, me dejó "profundo" en la cubierta del barco las primeras cinco horas de navegación y el hacer la travesía a motor, son algunas cosas que destaco.
Escuchar los razonamientos de cómo gobernar un barco , por parte del " pollón" y la manera cómo exaltaba sus virtudes, era lo que lo distinguía del resto de los mortales, algo así como el padre del goce que está vedado a los que no son de su clase.

El barco

Sabíamos de ante mano que el dinero y la vanidad van de la mano de un sector de la náutica y en este travesía lo comprobamos de primera mano. También nos hemos ido enterando y comprobando por nosostros mismos, que el mar y navegarlo no tiene nada que ver con el "tener o ser el más".



La ruta que hicimos fue Barcelona - Golfo de Rosas, más de 150 millas náuticas. Travesía que hicimos en una semana. El ego del "pollón", no nos hizo desvanecer el deseo de seguir. navegando.



En esta travesía resolvimos con Ricardo nuestro primer obstáculo: decidir por qué banda dejábamos una piscifactoría que nos encontramos en la noche; decisión que tomamos mientras H regañaba al "pollón" en la mesa de cartas, pues la oscuridad se nos echó encima y no encontrábamos puerto.



Al final la dejamos por babor pues pensamos que si la dejábamos por estribor, entre esta y la tierra seguramente había poco espacio y quizás era mejor no acercarnos mucho a tierra. Supimos que fue una piscifactoría porque al día siguiente pasamos nuevamente por allí, al salir del puerto donde hicimos noche. Desde luego esta travesía tenía muchos ingredientes para desistir volver a navegar: costosa, clasista y vaciada de emociones, pero nuestro deseo sobrevivió a este temporal. A partir de aquí preparamos el PER (Patrón de Embarcacón de Recreo) con Ricardo y aprobamos. Era mi segundo intento, pues en el primero había suspendido.



Ricardo

Luisa