sábado, 27 de julio de 2013

Charla Consulado Colombiano



Charla Consulado Colombiano



Travesía oceánica: De Premia a Santa Marta

Atravesar el Atlántico vela, puede ser algo mas o menos habitual para muchos navegantes europeos, que conservan una cultura náutica avalada por siglos de desarrollo náutico a nivel profesional y deportivos.
La ruta de los Alisios  cada año es navegada por muchos navegantes europeos que atraviesan el océano, buscando  el calor del Caribe…
Para dos colombianos y un argentino ajenos  culturalmente a un entorno náutico, atravesar el Atlántico, esta lejos de ser una experiencia habitual, para ser más una experiencia  del orden de los sueños y de lo fantástico. Y lo es de este orden, entre otras, por estas tres  razones que me gustaría subrayar:
- Un velero de  madera autoconstrucción de 9 metros de eslora, construido por Joan Massague y bautizado con el nombre de “Gaspar de Pórtala que Joan construyo con el fin de poder hacer la travesía, Barcelona- Menorca.
- Una equipación para navegación oceánica bastante justa y acorde a nuestras posibilidades económicas y de la  de nuestros amigos.
- Una experiencia vital de cada uno de los tres que estuvimos en esta aventura, más cercana al “rebusque”, donde aprendes a maniobrar y a moverte entra las aguas a veces turbias de la inmigración y el punto de Extimidad y exterioridad que te da la condición de extranjero, para hacerte un lugar con el oficio que sabes, en un país que no es el tuyo. En nuestro caso un cineasta,  que ha regresado a Colombia,  (Ricardo),un cantautor Argentino que ahora vive en Berlín (Gabriel), y un  psicólogo/educador que me siento muy a gusto  viviendo en Catalunya.
No hay antecedentes de un “equipo” colombiano, que hubiese realizado esta travesía de manera amateur y no la hay fundamentalmente por que en Colombia no hay una tradición náutica amateur en ninguno de nuestros dos mares: el Atlántico y el pacífico y lo poco que hay de este orden, esta más asociado a determinadas élites y estatus sociales donde de náutica hay muy poco y sobra la vanidad.
Metáfora de ventanas meteorológicas en el mediterráneo
A día de hoy esta travesía ha sido la experiencia más dura y maravillosa que he vivido…Ha sido una experiencia del orden de los “Los encuentros”, de aquello que para cada uno marca un antes y un después….Ha sido la confirmación que la mejor manera de estar orientado en el mundo es vivir bajo la batuta del propio deseo, aunque la “insensatez” de  esta travesía supusiera riesgos y enfrentar aquello que para Ricardo, para Gabriel y para mí era  desconocido: El océano.

 El riesgo de no regresar estuvo presente, nos acompaño toda la travesía de manera silenciosa, pero fuimos capaces, los tres, de convivir estos 75 días con esta posibilidad… Respondimos desde el entusiasmo y con un empuje de tirar para adelante con este nuestro sueño, pues no navegábamos para quedarnos en la inmensidad maravillosa del océano buscando el “OM. No,  creo que a ninguno de los tres nos interesa el “OM”, somos unos neuróticos más o menos estabilizados y  navegábamos para llegar a tierra  y retomar el vinculo social  que nos neurotiza y del que tanto gozamos. Ninguna milla navegada fue gratis, navegamos una a una de las más de las 5500, siempre acompañados por nuestros propios demonios y con la incertidumbre de cuando y cómo llegaríamos… En una travesía oceánica  una ves puestos no hay marcha atrás, no hay arrepentimientos,  no hay me “rindo” o  un “no puedo más”…

Amigos franceses
Esta travesía saco de nosotros tres todo lo que podíamos dar. No fue fácil  soltar las amarras del puerto y nosotros  lo pudimos hacer. La travesía implicaba un punto de no retorno, donde lo único que te queda es tirar para adelante, navegar milla a milla con miedo,  con alegría, con angustia, desasosiego, pereza, asombro, un bumerang de emociones que cambiaba de un  instante a otro de forma mágica como los decorados  en una obra de teatro. Apuntábamos  al sol en los atardeceres y en las noches el cinturón de Orión hacia una elipse por babor de popa aproa.
 La maravilla de navegar es que no te detienes, son las 24 horas haciendo guardias, mirando el horizonte, trimando un poco las velas y navegando, avanzando contigo mismo y haciendo de esta experiencia casi un viaje introspectivo, donde tienes tiempo para pensar y repasar toda tu vida. “La Nao Cacao” fue una velera valiente y marinera que aguanto los envites del mar y la fuerza del viento.
Dimos en esta travesía más de lo que sabíamos y podíamos, arriesgando incluso la salud de Ricardito  que en el tramo más técnico, Premia – Canarias, estuvo al 120%, llevando su cuerpo al limite y aguantando aún más cuando”desesperado”  pedía con lagrimas en los ojos que él aguantaba hasta Cabo verde…! Su cuerpo decía que no podía más, pero las ganas de continuar estaban intactas.  Lo más sensato fue su desembarco, quizás la insensatez fue continuar. Su desembarco nos dolió a los tres y a la posibilidad de una tragedia  se le sumo las ganas de no continuar, de abandonar el sueño…

Tras su desembarco estuvimos navegando con Gabriel más de 48 horas pensando si valía o no la pena continuar. Empujados por una brisita del oeste y una mar plana que no nos llevaba a ningún lado… Yo me había preparado para todo: Navegación, convivencia, maniobras, exámenes médicos,  físicamente exigí mí cuerpo con la bicicleta forzándolo a dar más, leía y releí manuales de supervivencia, navegación en mal tiempo y meteorología, hablaba con navegantes...Pero no estaba preparado para el desembarco de un amigo…No sólo era el hecho de que se desembarcara, era como una metáfora de “perder un amigo” con quien asombrados le habíamos visto las ganas a la muerte, que nos espanto con  un fuerza 7, es decir, vientos de más de 25 nudos y olas de 3/4 metros en el tramo de la península a canarias
Gabriel y su  capacidad soñadora, que se traduce en canciones, fue el que volvió a encender la mecha del deseo para cruzar el océano…Sus palabras más o menos fueron: Maocito, vamos a cruzar el océano…Es ahora, yo después no se si pueda acompañarte…!”  Y efectivamente sus palabras encendieron la mecha del deseo, el mismo que estuvo desde el principio,  aquel que nombramos con Ricardo cuando hablamos de este proyecto por primera vez  hace 8 años, el mismo que me acompaña desde mi infancia y desembocaba en el puerto, cada que salía a pasear en  la bicicleta,  entreteniéndome horas mirando veleros. Un proyecto llevado a cabo no por tres navegantes, un proyecto llevado a cabo por tres amigos, los cuales pienso hemos ganado con modestia, pero con orgullo el titulo de “ciudadanos del océano”.
Ricardito me decía: “Mao, yo contigo hasta el fin del mundo” y a Gabriel cuando le propusimos lo del Atlántico rio y dijo que aceptaba, si después recorríamos los Andes a lomo de burro…”
Gabriel durante la travesía se creció, dejo de ser un poeta, soñador y cantautor y se convirtió en un gran navegante. Emulo a Zorba el griego y de ser el amigo menos dotado, en términos náuticos para la travesía, su aporte resulto decisivo para llegar al final.  Yo le decía en broma que zarpo de  Premia hecho el Chapulín Colorado y que había llegado a Santa Marta hecho Bernard Montessier, navegante francés paradigma de la navegación libre, oceánica y de crucero.
Atrás quedo el mediterráneo impredecible con su mar de Alboran, el paso técnico y peligroso de la península a Canarias, el mar de los sargazos en el Atlántico donde bajamos hasta la latitud 20 para estar bajo influencia de los alisios, el Atlántico y su inmensidad, con  su bosque de olas portantes de las cuales vuelan manadas de peces voladores. También quedo  atrás el Caribe, mar de piratas y corsarios, donde se han tejido mil historias que han alimentado el universo infantil de tantos niños.
Santa Marta
Navegamos los tres como uno solo y no le pedimos permiso a nadie, no teníamos seguro, ni barco habilitado por las autoridades competentes, ni las  titulaciones necesarias, ni las garantías de un tercero que nos avalara en el éxito a cambio de una suma de dinero, un experto.  Había quien pensaba que si llegábamos a Gibraltat ya era demasiado. Pero teníamos un barco construido por un “hombre del renacimiento”, también soñador como nosotros, un equipo de tierra, que navego desde los ordenadores de sus casas dándonos los partes meteorológicos sagradamente cada 24 horas (LORDAKE,ANTULL, JORDI VILLAR Y mí hermano JAVIER y que en ningún momento nos dejo solos  durante la travesía. Teníamos el apoyo de algunos navegantes oceánicos que tampoco han pedido permiso a nadie para realizar sus sueños, Como Humberto el Holandés Errante y José Briones del Turbulento. También tuvimos el apoyo de un grupo de artistas y amigos que nos dieron soporte y alimentaron el sueño desde el principio, haciendo un paréntesis en sus actividades artísticas y volcándose cada uno de ellos y ellas en este proyecto oceánico desde sus posibilidades y recursos que no siempre se traduce en dinero: Indyon.tv (productora de cine independiente), factoría circular,( fabrica de sueños rodantes)Palo quesea, (teatro de calle) Mujeres en escena, ( teatro social y de genero) y la Sasteatrería ( artistas plásticos y de la palabra).

Familia...!
Pero sobre todo nos teníamos a nosotros mismos con nuestros miedos y nuestras fortalezas, decididos a  adentrarnos en el océano y llegar a la otra orilla. Teníamos y tenemos muchos amigos  soñadores, creadores, navegantes  de largo recorrido en sus oficios de quien habíamos mamado amistad, que durante años nos ha servido de alimento para dar pie a la posibilidad de soñar, y cuando estamos despiertos maravillarnos del hecho de estar vivos.

Dar las gracia al Club náutico de Premia de Mar y a Toni Gallard, por darnos la oportunidad de hacer escuela en el grupo promoción de regatas, donde casi siempre llegábamos   los últimos, pero sus ánimos consejos y sugerencias, para que no desistiéramos en  participar siempre estuvieron ahí….
Una mención especial a Jordi Villar, de diasdeviento.org, que desde el principio ha sido más que un oráculo para mí en cuestiones náuticas…Fue la persona que me facilito poder gobernar sólo y como patrón un velero: un Tucana 28, con el que realicé mis primeras travesías  costeras. Con Jordi hablé muchas veces de cruzar el Atlántico y él desde su escucha y sus observaciones supo alimentar este sueño.
Paola y vicecónsul
Creo que si algo mantiene la náutica en esta época donde los saberes son tan especializados y pertenecen a universidades e instituciones, es el valor de  la iniciación y la referencia de un patrón experimentado que te introduce en los por menores de la navegación, una especie de mentor que te abre la vía de un camino que después tu  tienes que recorrer sólo. Un saber que se transmite no desde la académia o programas curriculares, sino desde la cercanía de uno que quiere enseñar y otro que quiere aprender.  Esto ha sido Jordi para mí..!
Equipo de tierra
 Agradecimiento también al consulado de Colombia por permitir visibilizar esta experiencia que ojala sirva de algo para que otros como nosotros se animen hacer este tipo de travesía e impulsar la náutica en Colombia.
 
Consulado Colombiano
Esta ha sido una travesía de soñadores, por eso también es vuestra travesía, es un regalo, por lo menos de mí parte, a vosotros y vosotras que sois mis amigos y amigas…Buena singladura en vuestras travesías, yo encantado de ser vuestro tripulante

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Mao y Camila,esta noche miraba si habias completado el relato del gran viaje y ha siso una alegria de leerlo,pero sobre la marcha espero escuchar las historias en vivo ,contadas por ti.Un gran abrazo amigos y una caricia pa la Toa.Ya vuelvo a sentirme inquieto y deseo de tirar pa delante otra vez.Bueno,pa algo se llama uno el holandes errante,parece que soy incapaz de quedarme quieto.hasta el futuro
humberto tonga

Anónimo dijo...

Sɑludos, soloo decirte que me ha eոcantado descubrir tu pagina web en google.
saludеtes!

my blоg; bikes [http://www.ofertasbicicletas.com]