domingo, 31 de diciembre de 2017

De Garraf a Masnou diciembre/17



Con Marius, armador y propietario del Sagan un 28 pies muy marinero....
Esta travesía de 27 millas náuticas tiene un poco de todo y más cuando la realizas en invierno de un día soleado, entonces se convierte en una experiencia maravillosa: Zarpando del Garraf tienes la agreste costa del Garraf, que para los navegantes que navegan del sur al norte puede ser una pequeña antesala de lo que será la Costa Brava que se inicia propiamente en Blanes. El puerto de Barcelona donde siempre fondean grandes mercantes y la panorámica de los iconos de la ciudad Condal, que desde la perspectiva del mar distraen mucho la vista


Para cruzar la bocana de Barcelona hay que dejar unas balizas de delimitación por babor a unas 5 millas de tierra. 

Algunos veleros por ahorrar tiempo cruzan por el medio de las balizas, que si bien se acorta el camino se ha de vigilar bastante con la salida de grandes cruceros y barcos de gran eslora que entran y salen de la bocana.



Los vientos predominantes por estas aguas suele ser el Garbi un SW que suele soplar en las horas de la tarde. Los marinos de la zona comentan que si el Garbi se instaura desde las 10 de la mañana, es que puede venir bastante más intenso. En todo caso es un vuento que oscila entre 10 a 20 nudos y que a medida que se acerca la noche va perdiendo uintensida

Esta travesía de 6 horas es una de mis preferidas en la costra cercana a Barcelona. Te permite poner a prueba tus conocimientos náuticos con diferentes escenarios que exigen, cada uno, un quehacer diferente acorde a  las particularidades del tramo por donde estés navegando. No recomiendo esta travesía con un levante, pues la costa te quedara a sotavento y con obstáculos complejos de sortear  en condiciones difíciles como las costas del Garraf y el puerto de Barcelona, puede resultar una experiencia de no olvidar. Con un Gregal la ida, Masnou - Garraf se hace muy rápido, pero el regreso será de ceñida peleada para los más valientes. Con los otros vientos es una travesía viable con los cuidados que supone cada escenario náutico.


sábado, 6 de mayo de 2017

Regata Opihusa 2017




Hacía casí un año un año no navegaba, la llagada de mi grumete, Luka tenía centrada toda mi atención y tiempo, en esa nueva travesía que es la paternidad, donde lo que haces o dejas de hacer no sólo tiene una incidencia en tu día a día, si no también en esa nueva personita que atrapa tu deseo con la mirada ingenua; que una ves mira ya no es tan ingenua y actua como una impronta.


Juli y Ruht, armadores y patrones del  Kiski me invitaron hacer está bonita regata de semana santa, en compañía de LLuis, un tripulante chisposo y con buen hacer marinero. Juli, llevaba preparando la regata hacía unos meses y puso su Bavaría. 38 a son de mar para las,158 millas náuticas que separan Sitges de Formentera.


Juli, es un patrón con mucho oficio, un marino que se ha curtido con el Genius, su anterior velero, y que con su nueva embarcación está preparado para cualquier  travesía. Su estar en el barco, su dejar hacer y su toma de decisiones, hace que navegar con el sea un verdadero placer.



Ruth, es una tripulanta con muchas millas a su espalda que aporto no sólo sentido común en muchas decisiones, si no también un sentido del humor contagioso que suavizaba las jornadas de guardias y rutinas que en una regata de este tipo pueden resultar estresantes para toda la tripulación. También cuido de cada uno de nosotros con apetitosos  y ricos menús. Ruth entiende perfectamente que navegar no es sinónimo de sufrimiento y es un ejercicio más cercano al placer y la tranquilidad.

Luis,  es el "hombre de confianza" que todo patrón desea...Conoce la maniobra del barco a la perfección, está dispusto y disponible en todo momento y te da la sensación que " Nunca te dejará caer". Simpre alegre y capaz de romper el hielo con hunor en los momentos más tensos e inesperados.

De lo deportivo pocas cosas que contar, sólo decir que durante 35 horas hubo lucha náutico para ganar milla a milla al mar, pues el viento brillo por su ausencia, y el poco que hubo fue desapareciendo por el sur, hasta dejar el agua como una verdadera laguna, de la cual sólo se veían familias de delfines que venían alantarte para no abandonar la regata, en medio de muchos bancos de niebla que tuvimos que atravesar y no dejaban ver más allá de 30 metros.

Faltando 70 millas para llegar a Formentera y calculando que llegaríamos a vela fuera de control,el patrón permitio consensuar la desición final, que no fue otra que brindar por lo luchado y despedirnpos de la regata con un atardecer que nos fundio en un abrazo. Encendimos motor y nos retiramos.


 Una de las cosas que más me maravilla en las travesía es la visita de las aves extenuadas que se posan en el velero buscando un descanso. No deja de ser curioso que para los humanos y para las aves los barcos en general es el lugar más seguro. Abordo de veleros es donde más he disfrutado de ver y tocar pajaros. Experíancia que en tierra, a mí me resulta impensable o por lo menos muy poco probable.


Probablemente está retirada nos alejo del objetivo deportivo, pero nos acerco y abrio la ventana de una navegación muy cercana y respetuosa entre los tripulantes, muy cálida entre cada uno de nosostros, muy armoniosa con el mar y agradecida con el espectaculo de fauna marina del que pudimos disfrutar.

Lo náutico siempre es un "mar"  de sorpresas y es que al regreso, como por casualidades del destino,  a 70 millas de Formentera nos quedamos sin motor y lo que se esperaba hacer en unas 22 horas de Formentera a Premia de Mar, se convirtieron en casi 42 horas a vela.

El Kiski quizo, que navegaramos toda la noche con el asimétrico, esa maravillosa vela de portantes y traveses, que nos acerco a Premia de Mar, poniendo en juego hacer marinero. El viento también estuvo arisco, rolón y flojo, pero sobre medio día empezo a soplar un viento del sur, muy suave, pero sufieicente, para dar gobierno al Kiski y empezar a ganar millas de regreso.


De Formentera pocas cosas que decir, si no es otra que hay que volver una y mil veces más y si puede ser navegando entonces ya no hay palabras.



Sin dudarlo dos veces, me volvería enrolar con Juli, Ruth y LLuis...hay garantía de navegar y sortear lo inesperado con el telon de la sonrisa y la felicidad.