domingo, 12 de septiembre de 2021

Los tres cabos: Nao, Palos, cabo de Gata abordo del Spetses 253Mn


 

En el mes de junio  me contacta Paco, un nuevo armador de un bonito velero clásico de 9 metros, llamado el Spetses, que quería trasladar su embarcación  de Gandía a Cádiz. Paco está incursionando en el mundo náutico y como sucede con todo lo nuevo se "hace un acto de fe" con  lo que se te sugiere y se te dice de eso nuevo y desconocido para ti... En  Gandía su velero se lo "pusieron a punto" para hacer  esta  travesía  de cerca de 600 Mn que por ser costera no es una travesía menor.  Paco pudo comprobar en estas primeras jornadas de navegación que la famosa "puesta a punto", no es más que un inicio de un camino que poco a poco el tiene que ir recorriendo milla a milla para realmente poner su velero a punto, a son de mar, hacer de su velero una extensión de sí mismo y  descubrir los  limites que te indican hasta donde puedes y quieres navegar. No hay garantía cuando se navega, hay travesía y  esta cada uno la escribe. 

Zarpas con una idea y llegas hasta donde te deja el mar...  Esto hay que aceptarlo.

Hay que autorizarse para gobernar  un velero para  poder sortear todos los inconvenientes mecánicos, de jarcia, meteorológicos, de puertos, de papeles de seguridad y un sin fin de dificultades que desde la perspectiva de alguien que nunca  ha navegado es difícil imaginar... y quizás los obstáculos más complicados de sortear son  los propios miedos , esos demonios internos   que no te dejan soltar amarras y que nunca te dejaran aterrizar la idea bucólica de navegar con lo que significa realmente navegar a vela en tu propio velero: mucho más emocionante  e interesante que la idea bucólica.

 Paco tiene el entusiasmo y este entusiasmo le  orienta a seguir adelante con su velero y su proyecto náutico. Ya ha zarpado y ha empezado su travesía. 

Para mi ha sido un honor poder acompañarlo en este momento inaugural, en estas primera millas náuticas abordo de su bonito velero. Su buen estar marinero me han contagiado de ese entusiasmo que la vida de tierra adormece y me aleja del goce de navegar.

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Hora de llegada a Gandía




Nada más zarpar del puerto deportivo de Gandía el muerto se enreda en la hélice y toca bañito de mar en puerto para desenredar el muerto. Cada velero se ha "domesticar", tiene sus "mañas" sus tiempos de reaccionar al timón, a la virada, a la trasluchada. La maniobra es personal es propia de cada velero, y si bien hay conceptos generales de maniobra para todos los veleros, cada uno tiene lo suyo, su particularidad y la primera misión para cualquier patrón y tripulante es ir descubriendo los secretos de la embarcación en que está navegando.

la idea inicial era zarpar y navegar hasta  Málaga o algún puerto andaluz. No disponía de tiempo para acompañarlo hasta Cádiz.  Los imprevistos y el margen de tiempo del que yo disponía solo nos permitió   llegar hasta Almería. Dándonos la oportunidad de cruzar  tres de los cabos más importantes de la costa mediterránea española: Cabo de la Nao, Cabo de Palos, Cabo de Gata 
Parte del reto era poder conocer la embarcación y descubrir sus posibilidades náuticas navegando, su consumo de motor, su estabilidad, su media de velocidad, su gobierno, su comportamiento en los diferentes rumbos
Gran parte de la travesía disfrutamos de un Gregal con unos 20/25 nudos sostenidos, que nos permitía hacer rumbos portantes. Probablemente mucho viento para probar por primera ves una embarcación., pero teníamos claro que iríamos viendo por el camino y valorando en cada momento los pasos a seguir que siempre estuviesen con consonancia con la seguridad de la embarcación y la tripulación.

El paso por el Cabo de la Nao fue algo incomodo, pues si orzabas para alejarte del cabo nos acercaba a un través y a mucha ola con las escoradas respectivas. Por el contrario si caímos mucho nos acercaba  demasiado al cabo, que con el viento y el mar que habían podían comprometer la seguridad. Fue nuestro primer desafío y todo un alivio cuando pasamos el cabo de la Nao, pues nos alivio el estar abordo que por la ola cruzada lo hacia incomodo. Al cruzar La Nao, pudimos caer más y poner un rumbo más cómodo  


Hicimos una parada técnica en Torrevieja para repostar y enfilarnos para cruzar nuestro segundo cabo: El Cabo de Palos.

El viento se mantenía y en este primer día de navegación y al paso de las horas fuimos ganando en la gobernabilidad del embarcación. El velero en portantes era bastante estable y a unos 5 nudos de velocidad 
El paso de Palos no fue tan comprometido en relación al rumbo que el cabo de la Nao, que nos hacia orzar demasiado pues teníamos a sotavento tierra y mar formada.

Palos lo pudimos cruzar con un rumbo más de aleta franca, pero a cambio nos cobro el peaje de un obenque que rompió y que tuvimos que asegurar utilizando una escota de respeto. Por otro lado el motor empezó a perder algo de gasoil y no funcionaba correctamente. Tomamos la decisión de pasar la noche en Mazarrón y poder valorar más tranquilamente los pasos a seguir.   



La posibilidad de abandonar la travesía en Mazarrón estuvo presente. Encontrar mecánico en pleno agosto y resolver los problemas de motor y de jarcia no era tarea fácil. Para Paco era un verdadero disgusto, pues le suponía planear una nueva logística de la gestión de su embarcación aún lejos de cualquier puerto cercano a su domicilio. 

 

A la mañana siguiente la charla con un mecánico náutico empujaba a tomar la decisión de abandonar allí mismo.
Era complicado continuar con el motor fallando y un obenque roto, por otro lado el gregal que nos acompaño el día anterior había bajado y el panorama de poder navegar a vela  se hacia misión imposible. Zarpar era arriesgarnos aquedarnos tirados sin motor ni viento....
Paco tomo la decisión de salir y probar el motor. Repostamos  combustible y a las 2 horas de haber zarpado el motor volvió a fallar, no arrancaba, decidimos regresar a Mazarrón y resignarnos  a la cruda realidad....
Paco propuso no volver a Mazarrón,  si no ir a Águilas, no estábamos tan lejos y tampoco había nada más que hacer  el resto del día...Así que tomamos rumbo  a Águilas con una brisa que nos permitía navegar casi a rumbo directo. a un través.
Y por esas cosas mágicas que es mejor no explicarlas sino aceptarlas como vienen se instauro un brisa muy agradable que nos hacia poner rumbo hacia San José en cabo de Gata..
Tomamos la decisión de continuar hasta que hubiese viento y acercarnos a Cabo de gata..
Al atardecer el viento volvió a caer  y nos quedamos al pairo unas cuantas horas sin motor ni viento a medio camino entre Águilas y San José en el  cabo de Gata.
Probamos hacer diferentes rumbos, orejas de burro, acuartelar Génova para aprovechar el poco viento que brillaba por su ausencia, pero avanzábamos poco.
Estas horas al pairo no fueron aburridas, ni desconsoladas. Pudimos hablar con Paco de muchos temas e intercambiar opiniones sobre la vida, el amor, la política.
El motor volvió a funcionar y  y atravesamos Gata al amanecer, dejando por la estela una noche  estrellada   de las más bonitas que recuerdo de mis singladuras náuticas, con el cabo de Gata de fondo, una brisa suave pero suficiente para tener arrancada y una mar plana.
Llegamos a Almería al medio día, satisfechos y contentos de haber llegado hasta Almería, cuando 24 horas antes el dilema era cuanto tiempo había que  dejar el barco en Mazarrón.¡ El mar te quita, pero también te da!
Paco marcho para Córdoba y yo para Barcelona cansado pero lleno de mar, de brisa de ola....
estoy seguro que paco recordará esta su primera travesía como patrón. Yo espero poderlo visitar algún día allí donde  este el y su velero y recordar esta travesía tan especial para mi.