sábado, 12 de noviembre de 2011

Premià de Mar - Menorca








Primera travesía de "La Nau Cacao" y nada más y nada menos que a Menorca, la isla más al NW de las Baleares. Ya había visitado en otras ocasiones esta maravilla de isla, una de ellas con Raspa; nuestra banda de música, con un conciertazo que no olvidare en Ciutadella.

Menorca y Formentera son mis preferidas de las Baleares y era una deuda pendiente poder navegar con nuestra "velera" por esas calas y playas color turquesa que tantas alegrías dan a sus visitantes...

"No hay que retroceder frente al deseo", esto fue lo que hicimos Edu, Imma, Gabriel y yo cuando zarpamos el 10 de septiembre a la 1 de la tarde  con rumbo 140... Nuestro destino era Addaia Menorca. Nos esperaban 132 millas por la proa.

Después de 12 millas navegadas nuestra "velera", empezó a juguetear con un delfín que nos cruzamos por babor...Fue una visita corta, pero suficiente para dejarnos la boca abierta y los ojos bien despiertos..

Nuestro silencio, después de la visita del delfín, se interrumpió cuando Imma grito: "Un tornado". En esta época del año son "normales" las tormentas de veranos que se levantan con mucha fuerza y sin previo aviso. Contábamos con esta posibilidad como uno de los factibles obstáculos que pudiésemos tener. Tras el grito de "Tornado" quizás medio segundo después, yo estaba ya en estado de alerta, dispuesto a arriar velas y tomar decisiones....El tornado no fue otra cosa que una preciosas ballena que nos atravesó por la proa   no muy cerca  de la embarcación. Eso sí el chorro de agua que expulso fue suficiente para apaciguar mi temor de tornado y convertirlo en risas compartidas por toda la tripulación.


Me resulta interesante subrayar como se cambia de estado de animo navegando. Todo pasa en un abrir y cerrar de ojos, el suficiente para ver un delfín, una ballena o  escuchar una palabra que te ponga el corazón a millón y en estado de alerta... Supongo que las millas náuticas me volverán a la postre un poco más sosegado en cuestión de emociones, pero a día de hoy, aún me acompaña, como telón de fondo cuando me alejo de la costa, un estado de alerta, que lo salpica, la risa, la nostalgia, la introspección, la felicidad y pocas veces en alguna ocasión el miedo..


Hay tiempo, hay mucho tiempo para ver siempre lo mismo, agua por todas partes, para abordar temas desde el principio y bien explicados, para escuchar y hablar sin parar...El tiempo en el mar no es cronológico, el tiempo se mide por lo que te supone hacer una travesía, una maniobra o un bordo...el tiempo que cuenta es el que necesitas para...


Navegar es como un estado de animo en sí mismo, donde comer, dormir, preocuparse y percatarse de la propia existencia  y todo lo que esta implica, están supeditados al tipo de navegación que estés realizando...y esto en alta mar no depende de ti...Tienes predicciones, cálculos e hipótesis de como vas a navegar, pero después te enfrentas al mar que te encuentras, te rola o sube el viento, a veces para avanzar  una milla de ceñida, tienes que navegar el doble, o no puedes hacer rumbo directo, o el rumbo directo es el menos aconsejable...navegar es como un estado de animo que siempre depende del capricho de los elementos. Los elementos sería lo que en en psicoanálisis se llama el gran otro que te determina, el tipo de navegación vendría dado por el deseo de cada uno y si bien la travesía esta condicionada por unos elementos previos ( en este caso los meteorológicos) elegir rumbo sí depende de cada uno--


El deseo de navegar y los cálculos que realices de como hacerlo de la mejor manera posible no son suficientes para una navegación segura.  Hace falta contar con el azar, el mar y los elementos que no se dejan domesticar del todo...a veces sabemos de ellos por los cálculos meteorológicos, pero a veces y muchas veces van a capricho de la naturaleza.  navegar implica un deseo,  que empuja, pero que no esta ciego ni sordo, se vale de los cálculos que en lo simbólico dan cuenta del medio natural, en este caso la meteorología y el saber marinero, pero también esta el azar que te hace una travesía como lo tenias previsto o te da sorpresas e introduce lo no calculado, lo no domesticado por el símbolo.

De momento dormir en "La Nao Cacao" como se duerme en tierra y en una cama no ha sido posible. En tierra caemos en el mundo de lo onírico durante 7 u 8 horas y cuando despertamos nuestra neurosis ha recargado pilas y continuamos por el mundo presentándonos a nosotros mismos. En " la velera", quizás al estado de alerta, tal como lo comente más arriba, no nos deja caer tranquila y plácida mente  en lo onírico, pero tampoco te deja en un estado de vigilia...Quedas como en la frontera entre lo onírico y la vigilia y como si fuese una bascula, cuando la embarcación da un pantocazo caes de una banda o caes del otro, pero no caes del todo, cuelgas de un hilo que se llama alerta, es decir ni duermes del todo, ni estas despierto del todo...En la psicosis los limites de la realidad y lo onírico no son tan claros, de ahí la función del delirio, que como una especie de vehículo pasea a los psicóticos por el mundo de la realidad construida por los neuróticos, pasando en algunas ocasiones desapercibidos o como mucho como personas peculiares..Supongo que el brote psicótico, tiene que ver cuando el sujeto se encalla entre la realidad neurótica y lo onírico: Si cae del lado de lo onírico estará como una cabra o un cencerro, chifladisimo...Si a través del delirio explora el mundo de los neuróticos, estará estabilizado y hablaremos de el como un sujeto capaz de hacer vinculo social...En fin, espero algún día poder dormir más de 4 horas de un tirón en la "Nau Cacao".

Después de 25 horas vimos tierra por la amura de babor y estribor, a babor Menorca, a estribor Mallorca, tardamos un poco más en llegar a Addia, pues nuestro temor de enfrentarnos a una tramontana ( vientos del norte) anunciada para el anochecer, se disipo y  dio paso a un acercamiento a Menorca a vela y con sonrisas..




El Atlántico cada vez esta más cerca y esta travesía me dejo muchas cuestiones:

* La convivencia. En tierra si esta se deteriora mucho, los seres humanos entramos en guerra con argumentaciones políticas, económicas o religiosas.  Hay árbitros jueces,  mediadores internacionales...Bueno, sin ser tan extremista si te llevas mal con un amigo te vas para casa y  en un par de dias lo hablas tomandote un cafe. En un velero a veces tú propia presencia te resulta insoportable y no te puedes tirar al agua.

* En tierra comer es un acto cotidiano. En un velero cocinar puede ser un peligro...Al parecer hay refrán marinero que dice: " Se come cuando se puede, se duerme cuando se puede, hay que abrigarse antes de tener frió”. Cuando navegas muchas cosas cotidianas de tierra no pasan por el capricho o las ganas del momento...Sólo puedes hacer lo que puedes hacer. Los elementos se imponen, son como una gran orquesta que decide que vas a bailar...y  si bailas mal estas el peligro de ahogarte