sábado, 30 de abril de 2022

De la Bretaña Francesa a Villajoyosa España 1000Mn: De Roscoff a Port Medoc, Francia: Una travesía mayor de cerca de 300 Mn

Roscoff a Port Medoc,  Francia: Una travesía mayor de cerca de 300 Mn 


Este 2022 se cumplen 10 años del cruce atlántico con la Nao Cacao, una década desde esa maravillosa travesía que me ha traído a incursionar en traslados de veleros: Todo un desafío que más allá de  poner a prueba  tus habilidades marineras, te pone en contacto con armadores y  diferentes tipos de veleros que  tienes que ir descubriendo, durante el trayecto. 
El traslado de un velero de un puerto a otro no es una navegación  sólo de placer, es una navegación de mucha responsabilidad donde el armador confía en tus dotes marineros, ya sea como tripulante ya sea como patrón, para llegar a buen puerto lo antes posible y sin incidencias que  hagan del traslado un navegación imposible o con heridas para la embarcación. .Se han de poder conjugar muchas variables: Meteorología, disponer de tiempo, estado de la embarcación, planificación para muchas millas en el mar y ganas muchas ganas.

 En las largas y cansadas jornadas de un traslado siempre encuentras momentos

 donde te alegras de estar vivo y estar allí en ese mismo  instante, lo que llama la fenomenología el "aquí y el ahora", que te hace repetir  como una droga y te ves atrapado en la compulsión a la repetición esperando ser llamado ha enrolalarte en   otro traslado. Cada traslado es único, es diferente, te pone de cara con nuevos desafíos y te recuerda cansancios ya conocidos.....  

Cuando Juan se puso en contacto para acompañarle hacer el traslado de su Moddy 333 de Roscoff a Por Medoc, navegando por la Bretaña francesa que tanto me ha atraído y me impone respeto, no pude decir que no, si bien el aceptar  venir hizo de mí un cóctel de miedo, ganas, incertidumbre y alegría. Navegar por la Bretaña es diferente, es otra cosa para los que venimos y estamos habituados al mediterráneo.   


 
Navegar por la Bretaña son palabras mayores: Las corrientes, la mareas y sus coeficiente, Los faros, los bajos, la pleamar y la baja mar, la meteorología, las balizas de los canales a las entradas de los puertos,  la señalizaciones de desmarques o aguas navegables, el golfo de Vizcaya y su fama de mal genio, en fin, una serie de ingredientes que hacen de esta zona un lugar especial por su belleza y por sus peligros, por su historia y por lo que representa hoy en día para la náutica, en tanto cuna de grandes navegantes y punto de salida y llegada de las regatas oceánicas   más prestigiosas. 


Juan, el armador, es un un hombre de mar, es un marino forjado en la marina mercante, un caballero en el mar y en la tierra que quiere remodelar su velero comparado en Inglaterra y disfrutar de singladuras tranquilas y en familia en el mediterráneo.       Su conocimiento de las mareas y de su barco, la planificación de la travesía y su buen estar a bordo fueron claves para poder hacer el traslado en 4 días. Un verdadero trabajo en equipo que nos permitió sortear cada uno de los pasos más complicados de esta travesía
De Roskoff salimos con la marea alta dejando la isla de Bazt por babor. Si bien se puede cruzar por canal con marea alta, preferimos no arriesgar en está primera  jornada. Poco viento, solo con la mayor y el motor a buscando una media de 5 nudos.  Una vez pasada la isla, tuvimos un corriente en contra que nos tuvo cerca de 3  horas navegando a 2 nudos de velocidad. Cuesta mucho no poderte ayudar con la vela y ver que pasan las horas y apenas avanzas.
Sobre las 7 de la tarde,  recalamos en  L'aber Wrach , un puerto en el interior como de una especie de riada que desemboca en el mar. Entramos con la marea alta y con luz aún de día La enfilación del faro es una buena referencia, pero ha medida que te acercas a tierra  hay que ir muy atento con la señalización al canal y los bajos. Ya en puerto pudimos cenar en tierra y visitar los alrededores del puerto. No dejaba de sorprenderme el ver muchos barcos con marea baja casi tocando el suelo o directamente apoyados en el suelo. 
Zarpamos nuevamente sobre las 5 de la mañana, y continuamos nuestra navegación. Nos despertó los motores de dos pesqueros que salían a faenar sobre las 4:00am
La isla de Quessant, la dejamos por estribor siguiendo la señalización del Navionics por un canal navegable. La ayuda de material electrónico y programas como el Navionics es fundamental para poder navegar si no conoces la zona por donde está navegando. Los derroteros en papel hay que tenerlos abordo, pero  con la información que te da el Navionics en una travesía ya no pueden competir. Las cartas de papel son importantes y hay que conocerlas, pero creo que hoy por hoy es indispensable y seguro ayudarse de programas para navegar con tables o  móviles. La náutica tiene mucho de antaño, de clásico, es casi poético un astrolabio  abordo, una estantería en la meza de cartas llena de cartas y derroteros, pero la era digital a llegado y aplicaciones como las nombrada más arriba son verdaderas linternas en la oscuridad...
Una vez dejamos la isla de Quessant por la aleta de estribor y el canal de Brest por babor,  los rumbos son de sures y empezamos a bajar en latitud.
El viento durante la mañana en diferentes momentos nos daba ángulo para ayudarnos con el Génova y sobre el medio día nos permitió navegar un par de horas solo a vela haciendo una buena media y en derrota de destino: la Isla d' Yeu.

Antes tendríamos que pasar por el Raz Sein, donde las corrientes apenas te dejan avanzar  y un par de faros y un islote con una casa en medio del mar te entretienen mucho la vista y te hacen preguntar  el cómo hicieron para construir esos faros en medio del mar..? Es un zona donde el viento nos ayudo para poder pasar a vela, pues a motor a penas avanzábamos. Fueron un par de horas a vela, donde calculamos muy bien las viradas manteniéndonos a una distancia prudente  de los faros. A pesar de que el Gatum  (Nombre del velero) no es un gran ceñidor por sus características, es un velero que navega bien con vientos de cara. Los vientos de través y los vientos portantes son donde el velero da mejores prestaciones.

La noche muy fría y con Juan hicimos guardia de dos horas cada uno. Si hay algo  que no he podido aprender es utilizar ropa náutica acorde a las zonas y condiciones en que estoy navegando. Como en otras ocasiones mi ropa de abrigo era más apta para navegar por internet, que para pasar una noche húmeda y fría en el golfo de Vizcaya. en el mes de abril. Los caldos y las bebidas calientes en las noches tan frías te hacen volver el alma al cuerpo y Juan en esto era muy oportuno para mantener la moral alta. 



El el día de nuestra tercera jornada de navegación nos regalo algo de brisa y sol.  Pudimos  hacer navegación a vela y como casi siempre la vela y las horas en el mar  instauran silencios a bordo y momentos de introspección que definiría como: " Los momentos del punto fijo". Son esos ratos que tu mirada se pierde en el horizonte y el tiempo se congela...Allí tu imaginación también suelta amarras o simplemente experimentas el que vivir es respirar



Entramos en la Isla de D'yeu justo al finalizar la marea alta, al atardecer. Nos llamo la atención no habernos cruzado con casi con ninguna embarcación, mas sin embargo en la bocana  del puerto, minutos antes de empezar la baja mar, nos encontramos   haciendo fila con otras dos embarcaciones. Las mareas por estas latitudes llegan con mucha puntualidad y esto la saben los marinos de estas aguas para entrar y salir en puerto. Sus travesías las calculan en función de la pleamar y la bajamar.


Ya en la isla mucho ambiente nocturno, pero después de las 9. 00 Pm ningún restaurante te sirve nada de comer. Este aspecto nos llamo la atención, pues lo lógico sería que con la última pleamar del día que entran los últimos barcos a puerto, pudiesen cenar en algún restaurante. Solo hay una maquina donde venden pizzas para llevar.
las mareas cada 6 horas cambian y esto marca los ritmos del mar, de los marinos, de la vida en el puerto.
Dormir amarrado en puerto después de una jornada de navegación es un de los placeres que más me atrapa de navegar: el velero te arrulla y los ruidos y preocupaciones de estar en mar abierto o las guardias de cada dos horas dan paso a una ducha de agua caliente en puerto y un meterte en tu camarote, ya sin frio, a descansar profundamente. Para mi es un de los momentos y de los sueños que mejor sueño.....



En los dos puertos que recalamos, también señalar que no hay marinero y a partir de las 20:00pm, ya nadie te contesta a la radio. Suelen haber amarres de transito gratuitos  y tienes acceso a las duchas y lavabos. 


A la mañana siguiente  zarpamos cerca de las 10 de la mañana, para afrontar nuestras últimas 80 Mn hasta el destino final: Le verdon Sur Mer 




En la ultima jornada, ya sueles estar muy amarinado al ritmo de la travesía que estas haciendo, tienes las referencias de las medias que hace la embarcación, de sus consumos.. Ya le conoces las maniobras y sus peculiaridades, pues si bien todos los veleros se rigen por los mismos principios, cada uno tiene lo suyo, sus trucos, su manera de navegar. 

Sabíamos que el "Gatum", con 15 nudos de viento podría navegar a 5/6 nudos de velocidad, mucho más rápido que yendo a motor. a 1500 revoluciones. En diferentes momentos de los anteriores tres días, el barco nos enseño lo marinero y estable que es. Es un velero que arranca con relativamente poco viento y cuando entra en inercia de  crucero hace buenas medias.  No es un velero que escore demasiado, debido a sus dos orzas semicorridas que lo hacen muy estable y en caso de una bajamar quedaría apoyado en el suelo.




La entrada al canal del Garona,  como en algunos  puertos más de la Bretaña hay que entrar con la pleamar (+1 ) .  Las mareas tienen un coeficiente de 0 a 120. Si el coeficiente esta cerca del 120, significa que entrara más agua de la que sale y por  la poco profundidad de algunas zonas se generan olas rompientes. Nosotros entramos con un coeficiente de 102 y entramos justo con la pleamar. Como consecuencia las olas nos pegaron un buen meneo. Es conveniente entrar una hora después de que se haya instaurada la pleamar y de esta manera evitas las olas que nos empaparon de pies a cabeza y estropearon nuestros móviles.  Quedaban unas 10 millas para llegar a puerto y se hicieron largas tiritando de frio. Un barco respondón, estable y marinero, un buen motor, el material de seguridad y las velas  izadas o listas para ser izadas es importante para salir de apuros.  El Gatum nos enseño que es un barcazo y que con un poco de tranquilidad y hacer marinero se deja gobernar y nos puede sacar, como nos saco, de un apuro. Así nos despedimos del golfo de Vizcaya. Mojados de arriba a bajo y sin poder hacer fotos del final de nuestro traslado. 
Con juan en estos 4 días fueron más que un traslado, fue un encuentro muy técnico y  precioso donde cada uno de nosotros nos hemos hecho más marineros. 
El Gatum ahora enfrentará las aromas del sur de Francia por el  canal de Garona y del Midi hasta Sete. Dejará atrás el atlántico y llegará al mediterráneo, pero está será otra historia..